Y creo haber llegado a la última parte de esta historia de hijos de puta
venidos desde las estrellas. Ahora, hay que reconocer que después de la gran
década de los ochentas, en que las historias fueron mejorando en calidad y en
sus efectos especiales, en los años siguientes se optó demasiado por la
espectacularidad, olvidando el fondo.
Primero, hay algunos EHdP que no son tomados muy en serio pero son íconos
hoy. Kang y Kodos vienen de Rigel VII y Lrr del planeta Ómicron Persei VIII,
los primeros de “Los Simpson” y el segundo de “Futurama”, quienes intentan periódicamente conquistar la Tierra. Sean homenajeados en este artículo.
Si hay una serie que define la década de los noventa por su impacto, esta
es “The X-Files”. Creada por Chris Carter y estrenada en 1993, nos cuenta de
una pareja de agentes del FBI que se encarga de investigar casos extraños con
tintes sobrenaturales. Uno de los pluses de esta serie es que presenta
personajes que se vuelven arquetipos del género, como el agente Fox Mulder, un
sujeto afectado por traumas infantiles acerca del trabajo secreto de su padre
para el gobierno y que cree en todo lo que sea extraño, mientras lo acompaña la
agente y médico Dana Scully, quien es la voz escéptica que contradice las locas
teorías de su compañero. También está “El Fumador”, el malo que intenta que no
se sepa la verdad. No obstante, lo más importante es que en todo momento se
habla de una conspiración que data de los años cuarentas, con un grupo de poder
en las sombras llamado “El Sindicato” que colabora con una raza extraterrestre
en sus sombríos planes. Acá es muy poco lo que el EHdP aparece en pantalla,
pero está ahí, en la oscuridad, orquestando todo.
“The X-Files” duró nueve temporadas, con una película entre la quinta y la
sexta, no siendo una mala producción, pero la verdad es que no es nada más que
un capítulo largo. Hay otra película de 2007 que intenta captar el interés de
nuevo público y recapturar el de los fanáticos antiguos, pero ya habían pasado
muchos años y no era lo mismo. No obstante, en 2016 se hace una nueva temporada corta y la magia vuelve, creando expectación en el público.
Uno de los tópicos más recurrentes en el tema ovni es el de las
abducciones, cuyo primer caso registrado fue el del matrimonio Hill en 1966.
Ahora, en 1993, una película logra transmitir el terror de estas experiencias y
se llama “Fire in The Sky”. En 1975 el leñador Travis Walton fue abducido en el
bosque por extraterrestre cerca del pueblo de Snowflake. Cuando vuelve con su
familia, de a poco va recordando los terribles experimentos que los
extraterrestres realizaron con él.
Otra saga que marcó la ciencia ficción en los noventas es “Stargate” de
1994. En concordancia con las teorías de los antiguos astronautas (vean al tipo
de History Channel con el pelo alborotado) la película postula que las razas
alienígenas nos han visitado desde la antigüedad, especialmente en Egipto,
donde se transformaron en dioses. En la actualidad, los militares americanos
tienen en su poder un enorme anillo de metal que con signos jeroglíficos que
resulta ser una puerta interdimensional a otros planetas. Con la ayuda de un
egiptólogo logran hacer funcionar la puerta y viajan a un planeta que es una
versión del antiguo Egipto donde los EHdP que se creen dioses y todavía
gobiernan.
La película sólo sentó unas bases algo precarias para lo que vino después,
pues fue la serie “Stargate SG-1” de
1997 la que definió la franquicia. Ahí se continúa con las aventuras de los
personajes de la película, ahondando más en la mitología del programa. Nos
enteramos que los pseudo-dioses son una especie de gusanos parásitos llamados Goa’ul,
que toman control de cuerpos humanos y se hacen pasar por dioses para dominar
otras razas, siendo estos los principales enemigos de la serie. Lo interesante
es que todos los dioses de la antigüedad responden a una raza extraterrestre
con sus propios planes acerca de la raza humana, algunos más hijos de puta que
otros.
También el tema tiene su lado sexy. “Species” de 1995 relata la historia de
unos científicos que trabajan para el gobierno de Estados Unidos y que combinan
ADN extraterrestre con humano, creando una pequeña en probeta a la que llaman
Sil. La chica madura rápidamente y huye del laboratorio antes de que la maten,
entrando luego en estado de pupa para metamorfosearse en una bella mujer que
busca reproducirse con un humano y asegurar la perpetuación de su especie a costa de la nuestra. Es una hija
de puta, pero está como quiere.
No obstante, la espectacularidad a niveles nunca antes visto llegó con
“Independence Day” de 1996. Al mejor estilo de los clásicos de los cincuentas,
una enorme nave espacial llega a la órbita de la Tierra y se separas en varias
más pequeñas (esto es relativo, porque cada nave en forma de platillo mide un
radio de 24 kilómetros) y se posan sobre las principales ciudades del Mundo.
Una vez que se encuentran en posición y ante la mirada impávida de toda la
humanidad, desencadenan un ataque que destruye urbes completas, demostrando la
total impotencia de nuestro armamento, incluso el nuclear. Estos EHdP son el
típico enano gris con cabeza grande que aparece en las historias de abducción.
“Independence Day” está inspirada en los clásicos de los cincuentas, pero
carece de todo lo que les hacía terroríficas. Acá no hay una alegoría de nada,
sino que la lectura es básica y plana: extraterrestres hijos de puta que vienen
a jodernos. No hay terror ni suspenso, sólo toques de comedia algo burdos,
perorata pseudocientífica vacía y el Presidente de Estados Unidos montado en un
caza de combate para luchar en un nuevo 4 de julio. Ahora, no es que la
película no sea entretenida en su planteamiento básico, sino que el problema
radica en que se volvió una fórmula recurrente, pues desde entonces, cada dos
años o algo así, viene una raza invasora y destruye todo el planeta hasta que
alguien encuentra una solución ridícula (virus de computadora, por ejemplo)
para detenerlos.
Pero ese mismo año el director Tim Burton, quien ya había hecho una
película sobre el director de la peor película de todos los tiempos “Plan 9
from the outer Space”, presenta “Mars Attackc!”, donde hace un homenaje a las
películas de los cincuenta, en especial
“The Earth vs The Flying Saucers”, al mismo tiempo que se ríe
descaradamente de “Independence Day”. Con un elenco llenos de estrellas y
grandes actores, el director orquesta una hilarante invasión en que unos
extraterrestres petisos, con cara esquelética y que hablan chistoso que intentan
destruir a la raza humana. Una película que cumple con su intención de hacer
reír con la caricatura de los clichés del género.
Solo por recordar, pues ya hablé de ella cuando toqué el tema de la novela,
en 1997 se hizo la adaptación de “Starship Troopers” de Robert Heinlein, la
cual ha tenido un par de secuelas y una versión en animación 3D.
Ahora, en 1999 una película de terror rompió la taquilla y recibió la
aprobación de la crítica; estoy hablando de “The Blair Witch Project”, que
muchos creen que fue el primer falso documental hecho con retazos de metraje real, pero hay otro de un año antes.
“Alien Abduction: Incident in Lake Country” muestra el caso de una familia del
medio oeste americano que se junta en su granja aislada a celebrar el Día de
Acción de Gracias, cosa que es grabada por el menor de la familia. La cuestión
es que un platillo volador aterriza cerca de la granja y ellos comienzan a
sufrir horas de terror en que uno a uno son secuestrados por los alienígenos.
Para darle mayor credibilidad, se intercalan testimonios de expertos en el tema
ovni, policías y camarógrafos que dan fe de que la película es casera y real.
Muchos creyeron lo último, e incluso algunos ufólogos han mostrado la película
como una prueba, pero la verdad es que todo salió de la cabeza del guionista
Paul Chitlik, siendo el primer documental falso.
Ahora, hay cosas que son realmente risibles, pero que hay que comentar para
que cuando las vean no se pregunten: ¿Cómo mierda se les pudo ocurrir?
“Battlefield Earth” es una película del 2000 producida y John Travolta y basada
en una novela escrita por L. Ron Hubbard, un escritor mediocre de ciencia
ficción que terminó como charlatán y fundó la Iglesia de la Cienciología. Una
raza extraterrestre que es copia descarada de los klingon de Star Trek domina
la tierra en el año 3000… y eso es todo lo que se puede decir de esta película.
Una mierda.
Ahora, del 2000 en adelante, la invasión extraterrestre y los casos de abducción en la pantalla se
vuelven tan estereotípicos que son muy pocas las películas y series que podemos
rescatar. Una excepción es en la literatura, donde Stephen King saca el 2001
“Dreamcatcher”, en que una invasión extraterrestre ocurre en forma de una plaga
que afecta tanto a animales como personas. Un grupo de amigos de la infancia se
ve inmerso en estos acontecimientos y uno de ellos comienza a ser influenciado
por una entidad extraterrestre llamada Mr. Gray, por lo que los otros deben
recurrir a un chico deficiente que conocieron en la niñez y que posee dones
especiales. Lo interesante de esta obra es que ocurre en el mismo pueblo
imaginario de It, Derry, contando con muchas referencias a esta novela.
“Dreamcatcher” fue adaptada al cine el 2003.
De vuelta a la sátira, pero ahora animada, tenemos una serie de Nickelodeon
llamada “Invader Zim”. Zim es un extraterrestre de la raza Irken que causa
problemas por su megalomanía y estupidez, así que para deshacerse de él, sus
superiores le envían a la Tierra con la supuesta misión de conquistarla con la
ayuda de un robot medio loco llamado GIR. Acá se encuentra con su némesis, un
chico obsesionado por las teorías conspirativas llamado Div. “Invader Zim” tiene
un humor sarcástico y ácido, muy recomendable.
En cuanto a series, el 2002 Steven Spielberg presentó “Teken”, que nos
habla de lo que sufren varias familias americanas debido a casos recurrentes de
abducción. Todo empieza con la Segunda Guerra Mundial termina en la actualidad, donde se entiende
por qué los extraterrestres están tan interesados en esas familias y en la
hibridación con humanos.
Ahora, si hablamos de películas interesantes, que logran dar con la atmosfera
necesaria, son originales en lo que plantean, pero tienen un final de mierda,
entonces pensamos en “Sings” de M. Night Shyamalan, inspirada por los
misteriosos círculos que aparecen en las plantaciones de trigo. En un pueblo
rural de Estados Unidos un pastor que ha perdido su fe se encuentra en medio de
una invasión extraterrestre con su familia. Ahora, no quiero hacer spoiler
acerca del final, pero diré que los humanos, que nos mata el ácido cianhídrico
que viene del cianuro, no seríamos tan imbéciles como para invadir un planeta
que tiene una atmósfera con un 80% de ácido cianhídrico.
Por otro lado, digna de mencionar es otra serie de Steven Spielberg llamada
“Falling Skies” en que nos cuenta qué ocurre con la resistencia humana cuando
la invasión ya se ha establecido. El protagonista es un profesor de historia
que se ve obligado a liderar a los humanos que han sobrevivido. Por su lado,
los invasores no sólo nos exterminan, sino que usan a los jóvenes como mano de
obra, implantándoles una especie de simbionte en la espina dorsal. Para quien
la vea, hay sospechosas similitudes entre sus extraterrestres con los descritos
en el comic argentino “El Eternauta”, pero puede que sea sólo una apreciación
personal.
Sólo lo voy a tratar someramente, porque no me atrevo a entrar demasiado en
materia. Stephanie Meyer – por favor, alguien detenga a esa mujer – hizo una
novela sobre una invasión extraterrestre llamada “The Host”, que no es más que
una copia de mierda de “Invasion of the Body Snatchers”, con toda la cursilería
que la caracteriza. Menos mal que el libro no tuvo el éxito de su saga
Twilight, aunque igual le hicieron una película en 2013.
Hay dos películas que quiero mencionar también, pero que no entraré en
detalle acerca de ellas, ya que las dejaré para un próximo reporte sobre
monstruos gigantes y cosas por el estilo. “Cloverfield” de J. J. Abrams y
“Pacific Rim” de Guillermo del Toro son ejemplo de EHdP llevados a escala
colosal.
He hablado de películas malas que se equivocaron en la fórmula, o que le
pusieron demasiado entusiasmo y poco talento en algún proyecto. Pero hay un
montón de películas en la década del 2000 y en lo que llevamos de la actual que
no son aporte alguno para el tema de extraterrestres. Son sólo repeticiones
majaderas de la misma fórmula una y otra vez hasta el hastío, volviendo a todos
los clichés de la invasión o de la abducción extraterrestre. Ahora, hay cosas
que se salvan, como la precuela de “The Thing” de 2011, pero en general la
creatividad no brilla mucho últimamente en las mentes de los guionistas o
escritores.
De todas maneras, el extraterrestre hijo de puta sigue siendo recurrente en
nuestro imaginario, representando los miedos a todo lo que es foráneo, nuestra xenofobia,
el horror del terrorismo... el miedo que nos inspira un enemigo venido desde fuera de
nuestro círculo y que, muchas veces, solo está en nuestra imaginación.
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